martes, 4 de octubre de 2011

Cómo la UCR analizó pasarse al software libre




La decisión de la Universidad de Costa Rica para comenzar una migración desde el software privativo hacia el software libre no fue antojadiza. Aunque ya publicamos una nota informativa del tema, no tuve espacio para contar aristas muy interesantes del tema. Según me comentó Alonso Castro, de la Comisión Institucional de Equipamiento, la UCR, desde el 2008, comenzó el análisis del tema. Sin fanatismos y sin pensar desde un inicio que absolutamente todos los sistemas debían funcionar -porque sí- con software libre, se sentaron a analizar qué tenían y qué podían tener.
Así, me cuenta Alonso, aparecieron tres grandes grupos de programas. Los primeros fueron los programas que calificaron de "fácilmente migrables" desde software privativo hacia el libre. Ahí incluyeron los servidores webs, algunos programas de seguridad, los paquetes de ofimática (el famoso LibreOffice sería la alternativa en este caso frente al Microsoft Office) y los programas de diseño para algunas personas.
Sobre esto último, Alonso me contó que se detectó a muchas personas que tenían programas de Adobe -cuyas licencias cuestan cientos de dólares- solamente para modificar de manera mínima alguna imagen. A estas personas les cambiaron los programas de Adobe por software libre, pero a los diseñadores les dejaron las versiones más caras porque consideran que las necesitan para hacer mejor su trabajo, algo completamente comprensible.
En el segundo grupo, la UCR incluyó el software que no tiene versiones libres. Alonso me mencionó a Masterlex (para Derecho) y Autodesk (para Ingeniería), así como algunos de información geográfica. Aquí no hay opción, se deben utilizar estos y pagar lo que se pide. Aquí se enfrentan a la realidad de que no pueden cambiar Windows como sistema operativo pues algunos de estos programas, como Masterlex, funcionan solamente con él. De hecho, los sistemas operativos sería lo último que se llegaría a cambiar en la UCR, si se llegan a cambiar del todo algún día.
El tercer grupo fue el del software a la medida de la UCR e incluye, por ejemplo, el sistema de matrícula, que es una base de datos que corre en Oracle pero con una interfaz en Java que permite ser visualizada por el usuario con cualquier tipo de sistema operativo.
Este análisis, que tomó su tiempo, tuvo su costo, claro está. La migración también tendrá su costo. En parte por eso el software libre no es siempre software gratuito. Cuando le pregunté a Alonso los costos de este estudio que tomó años, me indicó que era difícil de calcular, pues nunca hubo un presupuesto para ello. El análisis tuvo un aporte muy importante de voluntarios que, fuera de su jornada, estudiaron el tema. Destaca la Comunidad de Software Libre de la UCR, cuyos dirigentes se reunían los jueves a las 5 p. m. en el Comedor Universitario o los sábados. También hubo trabajos comunales universitarios que analizaron el tema.
El otro punto, el costo de la migración, tiene tres escenarios posibles basados en presupuesto. El primero es de ¢8,5 millones, el segundo de unos ¢17 millones y el tercero de ¢29 millones. El costo final dependerá de la metodología y las herramientas para las capacitaciones, así como el tiempo que durará el proceso. Alonso me pidió aclarar que, mientras esta capacitación se realiza una única vez, el pago de licencias se realiza año a año.
Siento que con este post no solamente he "redondeado" mejor el tema que publicamos en el impreso de ayer, sino que expongo un ejemplo de análisis de migración a software libre que hasta ahora no he podido encontrar en otra institución pública.
El acuerdo del Consejo Universitario sobre este tema es un documento de tres páginas digno de leer para saber qué piensa oficialmente la UCR del software libre y dónde espera llegar. Hay mención, por ejemplo, a la independencia tecnológica y al interés en fomentar la producción de opciones que se adapten mejor a las necesidades de esta casa de estudios superiores, para que no caigamos en el error de pensar que el cambio es exclusivamente para ahorrarse el costo anual de las licencias.
Como parte de esta migración, se deberá entregar un informe de seguimiento dentro de un año, así que también podremos ver si todo ha salido como se esperaba o si hubo algunos imprevistos o contratiempos en el camino y conocer cómo se les dio respuesta. Ese nuevo documento también será muy interesante de analizar. A esperar con paciencia, por ahora.



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